Biografía

Origen

Jorge Cristian Pérez, nació el 28 de septiembre de 1977 en la ciudad de Buenos Aires (C.A.B.A), Argentina. Hijo legítimo de Don Roberto Horacio Pérez y Doña Mercedes Celeste Ferreyra, los que contrajeron matrimonio en la Parroquia Ntra. Sra. De Luján de Sarandí el 4 de mayo de 1961. Tuvieron cuatro hijos. Jorge era el tercero de ellos. Además estaban sus dos hermanos varones mayores (Roberto y Gabriel) y una hermana menor (Rocío). Creció junto a su familia en la ciudad de Wilde. Fue bautizado a los tres meses de vida en la Parroquia San José de Villa Domínico, el 7 de enero de 1978.

Su formación

Su escolaridad comenzó en el Jardín de infantes municipal n° 34 llamado “Patito feo”; luego asistió al primario de la Escuela n° 61 de Villa Domínico y el secundario lo realizó en la Escuela de Educación media n° 13 de Avellaneda Dr. Dalmasio Vélez Sarsfield (ex Enca). Al finalizar los estudios básicos, inició a nivel terciario el profesorado de geografía, en el Instituto Superior Dr. Joaquín V. González. También durante su niñez (1987) estudio en el Instituto “Wilde Junior” de cultura inglesa y el año 1992 hizo dos cursos de informática en el I.PA.L (Informática Para América Latina).

La muerte de su papá en forma prematura

El 20 de enero de 1990 fallece su padre Roberto Horacio Pérez de un infarto. Él era oficial matricero múltiple, metalúrgico. Trabajaba en el ámbito industrial (Siam e industrias Guidi). En ese momento Jorge tenía 12 años. Este acontecimiento influenció en la vida cotidiana del hogar familiar, teniendo la mamá que seguir adelante sobre todo con sus dos hijos menores, Rocío y Jorge a cargo.

Primer contacto parroquial (Ntra. Sra. de Luján de Sarandí)

Le gustaba mucho el fútbol; era simpatizante de Club Atlético Independiente y tenía habilidades para el deporte (fútbol, tenis y mucha bicicleta). Amaba mucho la música, especialmente el Rock. Aproximadamente a los 16 años, se acercó a la Parroquia Ntra. Sra. de Lujan de Sarandí (Iglesia donde sus padres se casaron), invitado por sus amigos y compañeros del colegio. En ese tiempo se fue integrando con los jóvenes de la Acción Católica Argentina, más conocidos como la JAC. Pasó por el grupo de pre-juveniles y juveniles. Participó activamente de los Vía Crucis vivientes, que solía organizar la Parroquia todos los años para Semana Santa. Una vez hizo de “buen ladrón”. También participo como miembro en las Asambleas Federales de la Acción Católica Argentina de Tucumán en agosto de 1993. Con el lema: “No podemos callar lo que hemos oído y visto”. Su acercamiento a la vida de la Iglesia fue de manera progresiva.

Torneos Juveniles Bonaerenses

Desde los 15 años integró una banda de rock y blues en la que tocaba el bajo con algunos jóvenes (algunos de la parroquia), con la que ganaron en el año 1994 los Torneos Juveniles Bonaerenses en el rubro musical. Jorge tenía dos pasiones fuertes. La música y el deporte. Dicen los diarios locales de la época “Representando a la comuna de Avellaneda, el grupo de blues “inconclú” se llevó claramente el primer puesto en la disciplina “Música” perteneciente al área de Cultura”. Inconclú logró imponerse por unanimidad del jurado, el cual estaba integrado por Lito Nebbia, Miguel Cantilo y Raúl Porchetto. La notable calidad del jurado habla por sí sólo de la excelente música que desplegó el grupo avellanedense en Mar del Plata” En el artículo aparece una foto tocando ante 15.000 personas durante el cierre de los Torneos Juveniles Bonaerenses, como un justo premio por lo que habían logrado horas antes.

Premiados

El mismo diario local afirma: “Como premio, el conjunto viajará a Inglaterra, dónde además de conocer el lugar, se interiorizarán sobre los orígenes del Rock” Por su parte, el diario El sureño, con fecha del 3 de febrero de 1995 titula “Grupo artístico parte hacia Europa” “Son de Avellaneda y fueron ganadores de los Torneos Juveniles Bonaerenses” Viajaron 10 diez días por Barcelona entre el 13 de febrero y el 23 de 1995. Ellos son Pablo el mago, Anabela, Ernesto, Jorge y Nicolás.

Segundo contacto parroquial (Santa Catalina de Siena de Dock Sud)

En mediados del año 1995, llegó a la Parroquia Santa Catalina de Siena de Dock Sud invitado por Fernando, una persona de la comunidad, para que forme parte de los grupos nuevos de la JAC, recientemente oficializados. Se integra allí hasta oficializarse (signo que se realiza dentro de la institución en el que se comprometen para toda la vida) y comienza un camino constitutivo en la recepción de los sacramentos y de vida interior muy intenso en el encuentro personal con Cristo. Todo el año 1996 transita un itinerario catequístico con otros jóvenes preparándose para recibir los sacramentos que le estaban faltando. Así, 2 de noviembre de 1996 recibe la 1era Comunión en la misma parroquia y el 9 de noviembre recibe el sacramento de la Confirmación aprovechando el paso del Obispo de Avellaneda Mons. Rubén Di Monte, siendo su Madrina Nancy Fior. El 24 de noviembre de 1996, en la Festividad de Cristo Rey, en la Parroquia Santa Rosa de Lima de Wilde es oficializado en la A.C.A.

Jorge y su descubrimiento en la vida interior

Jorge Cristian Pérez junto con la gracia de los sacramentos de la Primera Comunión y Confirmación, descubre las riquezas de la Dirección Espiritual y la frecuencia del sacramento de la Penitencia lo que lo hace crecer notablemente en su vida interior. Un sacerdote, que frecuentemente veía los fines de semana a colaborar pastoralmente a la parroquia Santa Catalina de Siena, desde el confesonario, es el instrumento de Dios para esta nueva etapa de amistad con Jesús. Le abre nuevos horizontes en la oración y el apostolado. Esto queda muy bien reflejado en un cuaderno espiritual dónde va haciendo sus anotaciones en la presencia de Dios. Refleja un plan de vida interior al cual buscaba exigirse día a día y otras anotaciones de una gran riqueza espiritual. Crece en él una gran devoción a la Eucaristía y la Virgen; se inspira mucho en la vida y devoción a San Josemaría Escrivá (en aquel tiempo Beato) leyendo alguna de sus publicaciones, especialmente el muy conocido libro “Camino” (es un libro escrito por este santo sacerdote que ayuda a madurar y crecer en la fe) y se va manifestando exteriormente en la inquietud de hablar de Dios con los demás y la mejora de sus compromisos. Comenzó a asomar en Jorge su capacidad de líder llevando con orgullo y alegría el escudo de la ACA

Jorge testigo de la fe

Con su animación y cuidado (la guitarra al hombro y una gran habilidad deportiva) acompañaba a los jóvenes de su edad o más pequeños, no sólo desde el lugar de dirigente, sino desde una profunda amistad y hermandad para con ellos, pues el tenía carisma para acompañar a otros jóvenes al encuentro con Jesús y su actitud generosa que lo llevo a constituir los grupos de la Acción Católica en la Parroquia Santa Catalina de Siena de Dock Sud. Desde el año de 1997 se hace responsable de la delegación como dirigente de pre juveniles y muestra allí todo su potencial cristiano de líder convocante y atrayente de jóvenes para Dios. Jorge para muchos era como un hermano mayor y aquel que les mostró el camino hacia Jesús. Era un joven muy querido en su comunidad, maduro para su edad. Tenía un modo apasionado de explicar las cosas que más le inquietaban. Por ejemplo, en la búsqueda de la santidad, no sólo pensando en él, sino que quería la perfección para todos los demás, especialmente para sus amigos. Era realmente feliz sintiéndose cerca de Dios, practicando su fe y creía en lo milagroso de la oración. Jorge participaba de la Misa Dominical y entre semana cuando podía también. Se gozaba de escuchar la Palabra de Dios y recibir la Sagrada Comunión. Amaba rezar y cantar junto al Sagrario e invitaba a otros jóvenes para que lo acompañaran. Se sentía atraído por Jesús en el Sagrario. Sentía alegría en el dar y en servir a los demás; vivía en lo sencillo de cada día. No esperaba que los jóvenes se acercaran a la Parroquia, sino que los iba a buscarlos, especialmente por medio del deporte jugando al futbol con ellos. Generalmente se desplazaba en bicicleta y organizaba con los jóvenes las llamadas “bicicleteadas” para ir a distintos lugares y pasar el día. En enero de 1998, formó parte del grupo misionero perteneciente a la misma parroquia de Santa Catalina de Dock Sud. En ese verano fueron al paraje Los Rosales, del departamento de Anta, provincia de Salta, donde ayudó y se dejó ayudar por las buenas personas de ese lugar. Tenía su apostolado en la Parroquia Santa Catalina de Siena de Dock Sud los fines de semana. Al mismo tiempo, trabajaba de lunes a viernes por la mañana en tareas de limpieza y cuidado del templo de la Parroquia de Luján de Sarandí (año 1999). Los sábados por la mañana hacía limpieza de los patios del Colegio Santo Tomas, cercano a la Parroquia. De esta manera podía costearse los gastos del profesorado en curso y ahorrar para el encuentro en Roma de la de la JMJ del jubileo del 2000. Además de desarrollar extraordinariamente las virtudes de la humildad, de la generosidad, manifestada en sus acciones, daba apoyo escolar en la Parroquia Nuestra Señora de Luján en la cual además trabajaba. Mientras realizaba su tarea de custodio del templo de la Parroquia de Sarandí, (año 1999) se dirigía hacia el Sagrario, desde dónde le gustaba cuidar del templo. Ofrecía el servicio del apoyo escolar a jóvenes de la Parroquia Santa Catalina de Siena que experimentaban dificultades en sus estudios de nivel secundario. Los resultados eran muy buenos. Cuando uno de ellos volvió para agradecerle (habiendo aprobado la materia contabilidad que le permitió pasar de año), Jorge le respondió: “agradecéle a Jesús en el Sagrario, no a mí”. Tenía tiempo para todos, para su familia, para la Parroquia, para su novia, trabajo y estudio. Siempre con sencillez y humildad. Sólo iba con su sonrisa, su paz y con Dios. En la segunda parte del año 1997 hizo una experiencia vocacional de tres días, en el Seminario Mayor de Villa Mercedes, Provincia de Buenos Aires. Esa experiencia le ayudó a confirmar que su vocación laical en la parroquia, con sus amigos, la familia, su novia y el estudio.

San Juan de Cuyo

En la provincia de San Juan se lo recuerda muy bien hasta el día de hoy, particularmente en la localidad de 9 de Julio. En el año 1999, compartió con la comunidad de la Parroquia Ntra. Sra. Del Rosario, una Semana Santa completa, colaborando con el párroco (quien lo supo acompañar en su momento espiritualmente). Allí pudo compartir experiencias de vida con los jóvenes de ese lugar, oraciones y celebraciones litúrgicas. Quedó tan vinculado a esa gente, que meses después volvió a ese pueblo, adelantándose unos días a la “Asamblea Federal de la Acción Católica Argentina”, cuya sede fue en la capital de esa misma provincia. Se lo recuerda, entre otras cosas, como organizador de una noche heroica ante el Santísimo Sacramento, con su guitarra, el canto y la animación espiritual.

Jorge y su familia

En su familia era considerado el bueno, buscaba siempre el equilibrio de las cosas, era hijo, hermano o amigo según lo que el otro necesitase y tratando de involucrar a Jesús en todo. Ayuda y colabora en su casa en el orden y busca poner manto de paciencia y misericordia en el trato con sus hermanos, especialmente con Gabriel y Rocío. Era muy servicial y compañero con su hermano Roberto, especialmente en el taller de motos contiguo a la casa de ellos. En la construcción de la casa nueva de material para su mamá tiene una presencia muy activa en los últimos años, para estar atento a los pagos y toda ayuda que necesitase el albañil y constructor de la misma. Un día, su hermana Rocío, con veinte años, quedó embarazada de soltera. En su familia no recibieron bien esta noticia: a su mamá le costó mucho esa situación no esperada. A su hermano mayor, Roberto, que hacía un poco las veces de padre, enojado la reprendía. Con la familia del padre biológico no había buen vinculo, ya que el muchacho no se quería hacer cargo y además, en el Salón del Reino (Rocío era Testigo de Jehová) al estar mal por lo que había hecho estaba con una disciplina de apartamiento. En medio de ese clima de angustia y soledad para Rocío, llega su hermano Jorge, en la bicicleta, vistiendo el short a cuadros azul y blanco que siempre usaba con un ramo de flores entre sus manos que se lo entregó a su hermana y con una sonrisa le dijo: “Toma, pero si no le pones Jorge, aquí se pudre todo” y le abrazó. Rocío le dijo que se quedara tranquilo que le iba a poner su nombre y así fue. Este hecho fue narrado 25 años después y se sigue emocionando cuando lo cuenta Rocío.

De querer ir a Roma se fue al Cielo

Jorge vivió intensamente los tres años de preparación para el gran Jubileo del año del 2000. Siguió el itinerario propuesto por la Iglesia en honor a la Santísima Trinidad contemplado la figura de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Pudo inscribirse y abonar algunas cuotas con el fin de participar de la “Jornada Mundial de la Juventud” (JMJ) a realizarse en Roma en el año jubilar. La mañana del sábado del último fin de semana de su vida, trabajó en el colegio Santo Tomás. Concurrió por la tarde a las actividades de la Parroquia Santa Catalina (como lo hacía todos los sábados). Luego fue a la Iglesia Jubilar de Luján de Sarandí (que era una de las tres designadas por la Diócesis para lucrar la Indulgencia Plenaria) participando de la misa de 19 hs., con el claro deseo de ganar la indulgencia plenaria. Al día siguiente, domingo 5 de marzo, participó de una convivencia con los jóvenes para planificar el año, en un camping de Villa Elisa, en donde se lo vio rezando el Santo Rosario, mientras los jóvenes jugaban al futbol. Al anochecer, cuando llegó a su hogar se encontró se con su mamá, Doña Mercedes, quien por su trabajo dormía fuera de su casa toda la semana a partir de la noche del domingo a punto de irse. El la acompaño con Rocío a la parada del colectivo para despedirse de ella y es en esas circunstancias que un proyectil proveniente de un arma de fuego, lo hiere mortalmente. Fue víctima de la delincuencia. Es notable señalar su corazón misericordioso, ya que aquella noche trágica cuando lo trasladaban al hospital en un auto particular acompañado de un amigo de su hermano quien le prometió venganza para quienes lo habían lastimado, Jorge expresó: “dejálos, yo ya los perdoné” y a la hora fallece. Falleció en el hospital de Wilde en la noche misma del 5 de marzo, aunque el certificado de defunción registró los primeros minutos del día siguiente. En su velatorio hubo muchísima gente. Cuenta testigos (el velatorio se hizo en casa Nuñez, que estaba sobre la Av. Mitre) que era tanto los jóvenes que había que parte de esa avenida quedó cortada. Jóvenes venidos de distintos lugares, de su barrio, de su parroquia, de otras Iglesias, compañeros del secundario y compañeros del terciario. Se celebró su Misa Exequial, en la Parroquia Santa Catalina de Dock Sud y cuando el cortejo fúnebre pasó por la parroquia de Luján de Sarandí, junto con el sonar de las campanas a duelo, el personal y alumnos del colegio santo Tomas, le rindieron homenaje saludando su paso con gran emoción desde la vereda. Sus restos mortales descansan en el cementerio de Avellaneda. Jorge tenía 22 años.

Causa de beatificación y canonización

Carta del obispo de Avellaneda - Lanús que invita a todos los fieles a comunicar información útil, ya sea favorable o contraria a la fama de santidad, relativa a su vida y testimonio cristiano, cualquier escrito o documento relacionado con el siervo de Dios.

Jorge Siervo